lunes, 29 de noviembre de 2010

Preocupaciones (II)

Como decíamos ayer... Plagiando un poco a esos grandes, primero Fray Luis de León y posteriormente Unamuno, comienzo a contar mi segunda gran preocupación: La formación de los Entrenadores.


En los últimos meses, a través de la AMEBAL, Asociación Madrileña de Entrenadores de Baloncesto de la que soy Secretario para quien no lo sepa, he constatado mis mayores temores. Hemos organizado dos charlas con ponentes de mucha altura, en un ambiente inmejorable y con la antelación suficiente para planificarse. Pero mi miedo, junto al expresado por los ponentes, se hizo realidad. En ambos clinics la asistencia fue escasa, en el primero 30 entrenadores y en el segundo apenas 20, a pesar de la acogida inicial que preveía más de 50 asistentes a ambas. Pero no sólo estamos hablando de la poca gente que acudió, sino también de la edad media de los que disfrutamos aprendiendo. Yo tengo 33 años, muy bien llevados por cierto, y ver como estoy en la media me produce una inquietud alarmante.


Al menos una vez al mes, se nos intenta llenar la vista con imágenes y titulares desde nuestra FBM del estilo "Gran éxito en las jornadas de formación X" y una foto de 100 asistentes jóvenes con diversas caras atendiendo a una charla. Pero claro, tenemos un problema, estos eventos son obligatorios para ellos porque están cursando el nivel correspondiente de entrenador, por el que han pagado (ellos o sus clubes) un dineral y si no van les pueden suspender y no podrían seguir llevando el equipo que tienen asignado. En definitiva, van obligados y amenazados. Sin embargo, cuando el grandísimo Jota Cuspinera da una charla GRATUITA en un colegio céntrico sobre detalles de técnica individual defensiva y nadie les obliga a ir, no acuden ni por asomo.


Otro grande, al menos para mí, de este deporte, consiguió hace poco juntar todas sus ideas sobre las competencias del entrenador en un dado. El bueno de Miguel Martín nos expone en la cara 4 de dicho dado, un término que en educación usamos mucho "Competencia en Aprender a Aprender" y en sus cuadros podemos leer lo siguiente:


Tener interés por la mejora constante.
Ser activo en la búsqueda de la formación permanente.
Estar dispuesto a aprender de los demás.
Desarrollar la capacidad de aprender por descubrimiento.
Aprender a trabajar en equipo.
Participar de la investigación individual y grupal para la mejora.
Aplicar el aprendizaje autónomo e interés en él.

Uffff, que lejos me parece que estamos de todo eso...

Por un lado, pienso que cada uno debe ser dueño de si mismo, es decir que cada uno se de cuenta de lo que necesita, de lo que debe hacer o dejar de hacer. Si quiero mejorar como entrenador será porque mi ética así me lo plantea, querré dar el mejor servicio posible a mis jugadores, a mi club. Siempre he confiado, erróneamente o no, idílicamente o no, en el ser humano, en su capacidad de introspección, en su naturaleza buena y piadosa, y todo eso a pesar de mi agnosticismo y mi educación liberal. Pero empiezo a abrir los ojos y ver una realidad totalmente distinta. Empiezo a ver con mejores ojos esa obligatoriedad federativa hacia la asistencia a los clinics. Empiezo a pensar que quizá desde los clubes debamos hacer lo mismo, empiezo a ver que si alguna vez vuelvo a ser coordinador o director técnico de un determinado grupo de entrenadores va a ser obligatorio la asistencia a todo tipo de eventos de baloncesto, desde los entrenamientos de "nuestros mayores" en el club, hasta las grandes charlas multitudinarias. Al menos un par de veces al mes debe haber algo de esto en la vida de un entrenador, basta ya de llegar justito a mi entrenamiento y salir pitando a casa o a tomar la caña, al menos no todos los días.

Y que conste por escrito que me pone muy triste llegar a esta determinación en mi pensamiento, se me cae un icono de mi mentalidad, uno de mis valores más determinantes, pero es que ya no confío en el ser humano tanto como antes...

Gabriel S. Ramiro

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